jueves, 6 de mayo de 2010

Rapsodia 4: Lo de Lacedemonia

Rapsodia Cuarta – Lo de Lacedemonia
Cuando llegaron al palacio de Menelao, el estaba celebrando la doble boda de su hijo e hija. Cuando detuvieron los caballos en el vestíbulo del palacio y uno de los servidores partió a informarle a Menelao de la presencia de los forasteros. Menelao los hizo pasar para que sus huéspedes disfrutaran del banquete. Cuando entraron Menelao los saludo e invito a sentarse. Una vez que terminaron de comer, Pisistrato y Telémaco se asombraron con el esplendor de su palacio, incluso lo compararon con el palacio de Zeus. Menelao oyó lo que decían y dijo a sus huéspedes, que nadie podía igualar las riquezas de Zeus, pero que no todos los hombres podían igualar las riquezas que el poseía. Porque mientras visitaba todos aquellos lugares distintos en su palacio habían asesinado a su hermano y ahora era infeliz a pesar de todas sus riquezas. Pero también dijo que él no debería sentir compasión por sí mismo si no por Odiseo que aun no había sido capaz de volver a su hogar y en su país aun lo lloraban todos. Mientras salió Helena quien quedo impresionada al ver a Telémaco y señalo a su esposo el parecido a Odiseo que tenía aquel muchacho. Menelao dijo a su esposa que el ya lo había pensado, y estaba relatando a sus huéspedes los infortunios de Odiseo por culpa suya. Entonces Pisistrato hablo y dijo que Telémaco si era hijo de Odiseo y que el motivo de su visita, porque tenía muchos problemas en su casa por la ausencia de su padre. Menelao se sorprendió por la identidad de su huésped. Entonces Helena comenzó a relatar como Odiseo se infiltro en la ciudad de Troya disfrazado de mendigo, pero Menelao interrumpió. Conto a Telémaco y Pisistrato como Odiseo ideo la emboscada perfecta. Los aqueos construyeron un caballo de madera y se escondieron dentro. Cuando Helena se acerco al caballo de madera, Menelao deseaba responderle, pero Odiseo no se lo permitió y así la misión se pudo llevar a cabo y los aqueos destruyeron la ciudad de Troya. Entonces se ponía el sol, y Helena ordeno a las esclavas a que pusieran lechos debajo del pórtico dignos de sus visitantes. Entonces allí durmieron Telémaco y Pisistrato. A la mañana siguiente Menelao fue a sentarse junto a Telémaco y le pregunto cuál era la necesidad que él tenía que lo hizo llegar a su palacio. A lo que Telémaco contesto, que lo único que él buscaba eran noticias sobre el destino de su padre. Menelao decidió contarle a Telémaco todo lo que él sabía y prometió no esconderle ningún detalle. Los dioses detuvieron a Menelao en una isla llamada Faro, localizada muy cerca de Egipto. Cuando sus provisiones empezaron a agotarse y las fuerzas de su tripulación eran pocas, una diosa se apiado de él, Idotea la hija de Proteo. Menelao vagaba solo por la playa mientras buscaba comida para sus hombres, cuando Idotea apareció. Indignada Idotea le pregunto porque, si ya había permanecido tanto tiempo en la isla, se había resignado a seguir sufriendo infortunios y no buscaba una forma de salir de allí. Menelao le explico a Idotea que no permanecía allí por gusto, si no porque creía que había pecado contra los dioses, pero le pidió que le revelara a cuál de los dioses había ofendido y como podría volver a su hogar. Idotea le dijo a Menelao que buscara a Proteo, su padre, y debía agarrarlo como pudiera y él le daría la respuesta a sus preguntas. Cuando el sol se centraba en el cielo, Proteo quien se escondía en el mar, saltaba a tierra firme y en seguida se acostaba en una gruta con las focas a dormir. Para agarrar a Proteo, Menelao debía acostarse en el fondo de la gruta con sus tres mejores compañeros. Lo primero que el anciano haría sería contar las focas, y luego se acostaría a dormir, y en ese momento Menelao debía agarrarlo. Entonces Proteo cambiaria de forma, se convertiría en las bestias feroces pero Menelao y sus compañeros deberían sujetarlo aun más fuerte. Luego Proteo tomaría su forma habitual interrogaría a Menelao mostrándose todavía dormido. Apenas la diosa termino de hablar Menelao se dirigió rápidamente de vuelta a su barco. Cuando amaneció Menelao y sus tres compañeros caminaron hacia la playa, donde Idotea había extraído del mar la piel de 4 focas recientemente degolladas y los esperaba sentada en la arena. Cuando llegamos los hizo recostarse en la arena y les puso encima la piel de las focas. Esperaron toda la mañana pacientemente cuando al fin las focas salieron del mar y se tendieron en la playa. Cuando el anciano llego empezó a contar los animales que estaban tendidos en la playa sin sospechar sobre el disfraz del astuto Menelao, y luego se acostó también. Inmediatamente Menelao y sus compañeros sujetaron fuertemente al anciano, quien se transformo en león, en, pantera, en un jabalí, en agua líquida e incluso en un inmenso árbol. Una vez que el anciano se aburrió e intento engañar a Menelao, pidiéndole que contestara cual dios lo había enviado para que lo capturara. Pero inteligentemente Menelao le contesto, que el muy bien sabía los infortunios que llevaba sufriendo en la isla por un largo tiempo, así que debería decirle que dios lo retenía en la isla y que debía hacer para poder volver a casa. Entonces Proteo dijo a Menelao que debía regresar a Egipto y sacrificar hecatombes a los dioses, ya que por no hacerlo antes de partir habían decretado que no volviera a su casa. Entonces Menelao muy afligido pregunto a Proteo el destino de los otros aqueos. Proteo dijo que solamente dos capitanes habían muerto en su retorno a casa y uno aun se encontraba vivo; Ayante había muerto en su nave en el mar, Agamenón al pisar tierra fue asesinado por Egisto y el tercer capitán era el hijo de Laertes quien se encontraba prisionero en la isla de la ninfa Calipso. Mientras tanto los pretendientes se regocijaban en el palacio de Odiseo cuando Noemón pregunto a Antínoo si por alguna razón sabía cuando regresaría Telémaco ya que se había llevado su nave y el la necesitaba. Entonces Antínoo exaltado exigió saber cuándo se había ido y quien lo había seguido. Noemón explico que había partido con los mejores hombres del pueblo y que el capitán de su nave era Mentor. Inmediatamente Antínoo volvió a su casa e informo a todos de la ausencia de Telémaco, y planeo junto con todos los pretendientes una emboscada contra Telémaco. Cuando Penélope se entero de la emboscada por medio del heraldo Medonte, permaneció en el piso superior sin comer ni beber pensando si su hijo sucumbiría a manos de los pretendientes o lograría burlar la muerte. Entonces cuando dormía, Atenea hizo un fantasma parecido a Íftima, hermana de Penélope, quien dijo a Penélope que su hijo regresaría ya que estaba acompañado por Atenea. Al despertar Penélope sentía gran felicidad ya que había tenido tan hermoso sueño.

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